viernes, 9 de julio de 2010

EXISTE EL HIMEN COMPLACIENTE


Himen... ¿complaciente?

Por Rossina Guerrero
Psicóloga de Promsex

El himen, esa membrana que cubre la entrada de la vagina, tuvo un rol muy importante en la valoración de las mujeres en tiempos remotos de nuestra historia. Hoy en día, felizmente, ya no es así. Ya no se está tras la sábana manchada de sangre, buscando culpas donde no existen.

Sin embargo, recientemente un señor me consultó cómo podía saber si su esposa llegó virgen al matrimonio. Le preocupaba no tener la seguridad sobre este hecho y quería saber más sobre el himen.

Lo preocupante es que aún, para algunos hombres, la virginidad en las mujeres tenga un valor tan especial -lo que no suelen aplicarse a ellos mismos- y cuestione el afecto o amor que se sienta por su pareja, generando malestar innecesario también en ellos mismos. Sin duda, es un rezago de nuestra sociedad marcada por el machismo.

Esta diminuta membrana llamada himen, a la que se sobrevalora o se le cree prueba de algo, tiene distintas formas, tamaño y grosor y posee una o más perforaciones que, por ejemplo, permiten la salida del flujo menstrual. Además, es muy frecuente que partes de esta membrana se rompan a edades tempranas haciendo deportes o en prácticas de autoerotismo. Pero también hay mujeres que llegan a la sala de parto con el himen completo.

La primera penetración suele romper todo el himen, lo cual trae algo de dolor y puede tenerse una pequeña hemorragia, pero, como señalamos, es variable en cada mujer, incluso algunas no sangran.

Hay que decirlo sin tapujos: es sólo una membrana que no tiene ninguna función orgánica, su pérdida no ocasiona ningún tipo de problema en la mujer en términos de salud y, por tanto, podemos ver que no es prueba absolutamente de nada.

El no tener relaciones sexuales por libre decisión es una opción que debe ser respetada. El decidir que el inicio sexual coincida con la primera unión formal también es algo que debe respetarse. Ello sin duda es parte de las decisiones personales y de la libertad sexual.

Pero esta valoración medieval del himen como “prueba” de virginidad persiste lamentablemente no sólo en unas pocas personas.
Lo más preocupante es que en los exámenes de violación sexual también se incluye con nivel de relevancia. La famosa frase “himen complaciente” no hace más que dejar dudas sobre la víctima, algo sobre lo cual hay que reflexionar y cambiar.

*(Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos)
rossina@promdsr.org
Fuente: Diario La República
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