lunes, 2 de marzo de 2009

UN AMOR SIN PAUSA, NI SOSIEGO PERO APASIONADO

Fuente: Internet
Solo nos mirábamos y sabíamos qué queríamos, no terminábamos la frase y ella o yo la completábamos con exactitud, y ésta también se engrandecía por su felicidad y la mía, nos conocíamos tanto que al despertar en ocasiones, solo atinábamos a besarnos y otras veces solo a pensar en la otra mitad, eso éramos, dos mitades.

Las horas que faltaban para empezar a amarnos eran incontables, a veces eternas, nuestros cerebros no descansaban de fantasías y sueños que luego haríamos realidad, y que en la ocasión siguiente serian diferentes, nuestra imaginación estaba solventada por la pasión, siempre queríamos más, mucho más, porque sabíamos que teníamos un inagotable almacén de amor.

Nuestras vidas corrían, volaban, estaban esperando crecer en deseo, en locura por ti o por mi, solo eres tú, eso solíamos decir y muchas veces al mismo tiempo; la telepatía era nuestra aliada, casi nos adivinábamos, gozábamos descubriéndonos, sorprendiéndonos, ella delante de mi, yo por delante de ella, era igual.

Que teníamos los dos? , ilusión, que queríamos los dos?, vivir, gozar, reír y llorar. Juntos creábamos los escenarios mas impensados, más simples, más bellos, solo eran de los dos y nadie cabía ahí, estábamos rebosantes, hinchados de placer y gozo, éramos dos adolescentes de varias décadas, no muchas y creíamos que solo nosotros hacíamos el mundo, eso era lo que nos importaba, nuestro mundo.

Pensar que me besaría como solo ella sabia hacerlo, hasta dejarlos rojos mis labios, era estremecedor, imaginarme inerte en la cama, luego de varios orgasmos, era una obsesión, solo ella sabia hacerlo, tan dulce, tan sensual, tan rico y prolongado, tan dinámica e imaginativa, solo sabíamos empezar, mas no terminar, ya que solo eran pausas, algunas de horas, otras de días, pero seguíamos amándonos, aun sin tocarnos, el amor nos movía en distancias y en tiempos, pero estábamos juntos como dos mitades.

Ella marcaba las pautas de nuestros encuentros, eran de memoria, casi mudos, ya conocíamos nuestros códigos, también las horas, era todo perfecto, ella ya tenia adelantada la coreografía del amor, porque pensaba horas antes que yo la amaría como la primera vez, o como la mejor de las veces, pero siempre era diferente, fabuloso, era una sorpresa cada día, cada vez mayor.

Disfrutar de nuestro delirio nos convencía que estábamos en lo correcto , así otros nos criticaran, reír era parte de lo que gozábamos en cada orgasmo, ella los alcanzaba sucesivos producto de la alegría que le ponía a su vivir, y eso me contagiaba cada instante de un frenesí orgásmico eyaculatorio, éramos dos en uno

La distancia solo servia para hacer crecer la ilusión del próximo encuentro, este estaría marcado por la fuerza que da la inevitable separación, ya sea por el trabajo o las obligaciones, pero teníamos un caldero de erotismo en ebullición que nos generaba un fuego profundo, sostenido y abrasador, eso que sabíamos nos consumiría de pasión la siguiente ocasión, así vivíamos con la promesa constante de amarnos, desesperadamente cuerdos, apasionadamente locos, así vivíamos, amándonos.

Lo vivido no nos lo quita nadie, somos felices recordando y cada palabra que regresa similar a ala que decíamos, nos vuelve a agitar la pasión, esta pasión que esta ahí, como cada noche o como cada tarde de amor, ese amor que dio fruto, y que hoy crece producto de la acción, ésta será la prueba eterna, que nos amamos con pasión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario