Sentir soledad por que tu misma te la buscaste, no te obliga a inventar un te amo, solo para salir de esa situación triste; creer que con tener a tu lado a alguien físicamente, estarás acompañada, tampoco es verdad, y al cabo de un tiempo otra vez te invadirá la soledad, y ésta será mayor.
Son vanos tus intentos por acercarte “sinceramente” a una nueva victima del momento, a un candidato a pareja, si tus sentimientos no son reales, ni transparentes, sin ambiciones, ni egoísmos, ni oscuras intenciones.
Al despertar cada mañana, te obligas a decir casi automáticamente lo que no esta en ti, y otra vez volverás a mencionar adjetivos cada cual mas volátiles, mas fáciles, menos reales, y ya estas falseando una vez mas tu vida, tu futuro, tu tranquilidad, solo para creerte acompañada.
Que obstinación de vivir torcida, que necedad de fingir casi como una forma de respirar, como un droga inevitable, y además escuchar tus planes fantasmas, tus aparentes alegrías familiares, o tus grupos amicales incongruentes; tus tristes recuerdos frustrados son como un libreto aprendido de memoria, pero qué vacio tienes, y solo tú lo sabes, solo tú encubres tanto cinismo, tanta hipocresía, tanta falsedad.
Hiciste desde tu adolescencia una carrera rápida pero quebrada, torcida como el árbol trabado por una pared, esa pared que fueron tus malas compañías, o quizás ni siquiera malas, si no mal utilizadas por ti, siempre buscando la ventaja para un dobles, falso y con trampa.
Oírte decir te amo, fue una mera frase sin valor, sin peso, sin sentir, solo era una forma de decir.
Oírte decir te necesito, fue tan falso como aquella vez que al borde del año nuevo, rogabas compañía, cuando ya te ibas de viaje con tu nuevo amante. Oírte decir te quiero, fue en cada vez una cachetada a la verdad, a la honestidad, a la lealtad sentimental.
Son vanos tus intentos por acercarte “sinceramente” a una nueva victima del momento, a un candidato a pareja, si tus sentimientos no son reales, ni transparentes, sin ambiciones, ni egoísmos, ni oscuras intenciones.
Al despertar cada mañana, te obligas a decir casi automáticamente lo que no esta en ti, y otra vez volverás a mencionar adjetivos cada cual mas volátiles, mas fáciles, menos reales, y ya estas falseando una vez mas tu vida, tu futuro, tu tranquilidad, solo para creerte acompañada.
Que obstinación de vivir torcida, que necedad de fingir casi como una forma de respirar, como un droga inevitable, y además escuchar tus planes fantasmas, tus aparentes alegrías familiares, o tus grupos amicales incongruentes; tus tristes recuerdos frustrados son como un libreto aprendido de memoria, pero qué vacio tienes, y solo tú lo sabes, solo tú encubres tanto cinismo, tanta hipocresía, tanta falsedad.
Hiciste desde tu adolescencia una carrera rápida pero quebrada, torcida como el árbol trabado por una pared, esa pared que fueron tus malas compañías, o quizás ni siquiera malas, si no mal utilizadas por ti, siempre buscando la ventaja para un dobles, falso y con trampa.
Oírte decir te amo, fue una mera frase sin valor, sin peso, sin sentir, solo era una forma de decir.
Oírte decir te necesito, fue tan falso como aquella vez que al borde del año nuevo, rogabas compañía, cuando ya te ibas de viaje con tu nuevo amante. Oírte decir te quiero, fue en cada vez una cachetada a la verdad, a la honestidad, a la lealtad sentimental.
Oírte cada engreimiento fue recordar tus innumerables llamadas truncas o tus mensajes cifrados ocultos, aquellos que solo veías cuando no estaba.
Todo fue así desalmadamente cruel, calculado para un objetivo material, despiadada para mentir, fría para inventar tus dramas, locuaz para fingir insatisfacción, cínica para negar tus infidelidades y mezquina para aceptar tus errores.
Solo te diría te amo…… si fuera verdad, en cambio tu, solo dirás la verdad cuando ya no tengas por que decir te amo.
PABLO JOSE CASTRO VILLIZAN
CONSULTOR EN SEXUALIDAD
07 OCTUBRE 2009
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