Cuando me tocas, es como si sólo quedara mi piel y tu piel, y mi cuerpo completo se adormitara y se envolviera en la tranquilidad de tus besos, de tus abrazos, de tu piel.
Todo se oscurece y ya no importa nada, me siento un títere en tus manos, que avanza a tu ritmo, a tu paso, a tu gusto; y me da miedo, sí, miedo a entrar en tu juego y no poder salir jamás, miedo a empaparme tanto de tu esencia, de tu amor que al parecer tiene efectos poderosos sobre mi y que no me dejan en claro hasta donde me pueden llevar.
Un desvanecimiento…, eso es lo que siento, como que si mi conciencia se fuera desvaneciendo, como que cayera más y más hondo y cada vez a más velocidad; con mayor intensidad, con mayor aferro a la esperanza de que no haya final; deseando que ningún día pueda salir de tan dentro de ti; mientras que mi cuerpo permanece electrizado, con las manos temblorosas y el corazón a punto de estallar.
Toda tu hermosura me encierra así, en cada imagen grabada en mi cabeza de cada parte de ti, de cada milímetro de ti; de la forma como me miras, y otra vez mi cuerpo empieza a temblar a llenarse de escalofríos, no puedo creer, como sólo una mirada me comienza a marear.
¿Cómo es que me puedes amar tanto?
¿Cómo es que me puedes envolver tanto?
Tanto que ya no sé quien eres tú, ya no sé quien soy yo. No sé si es que realmente somos algo o alguien, ya no pasa nada por mi cabeza, sólo sentir sólo sentirte Y Solo seguir por el camino que tu amor me está llevando.
Siento como si nos trasformáramos en una esencia poderosa, llena de amor que baila en la nada a un ritmo incesante y que no se cansa, no se agota, no se detiene.
Me doy cuenta que quiero seguir bailando a tu ritmo, toda mi vida, quiero ir por donde tu vas, quiero sentir eso tan hermoso que me haces sentir. Quiero amarte para siempre
Erivant y Tania.
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